martes, 22 de febrero de 2011

EGOÍSMO puro y duro

egoísmo.

(Del lat. ego, yo, e -ismo).

1. m. Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.

2. m. Acto sugerido por esta condición personal.


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Egoísmo. Es un adjetivo que nadie quiere adjudicarse.

¿Alguna vez han escuchado a alguien auto denominarse egoísta? Piensen.

Difícil. Las excusas sobran.

Y los egoístas están a la vuelta de la esquina donde menos te lo imaginas. Que miedo. Y si has sido su víctima y no puedes evitarlo (por circunstancias de la vida). Es un problema. La mayoría de veces aparecen con una sonrisa mas grande que la de un caballo, fingidisima, de esas que dan asco. Hasta te invitan a cenar y te dan regalos, tratando de tapar el mal que saben han hecho. Lo malo es que generalmente se sienten perfectos, y no pueden quedar mal con nadie ni con nada. Mejor sería decir: perdón, y ya está. Es que cuesta, y lo peor es que generalmente va de la mano con el orgullo a flor de piel.

Dirán que estoy loca para estar escribiendo sobre esto. No. El hecho es que hasta haría un guión de una película con el material. Que personajes.

Lo típico: te mira de arriba abajo apenas recibes el hola más fingido del día, creyendo que con una sonrisa lo tapa todo ¿Mas ejemplos? El egoísta, cree que no te das cuenta, pero es tan caradura o bruto, que lanza un comentario de doble sentido en lugar de decirte las cosas en la cara. O hace comentarios sobre lo que el cree está bien, pero nunca para el resto. Es la persona que nunca se pondrá en los zapatos de los demás para emitir un juicio de valor. No le da el cerebro.

Hay miles de ejemplos.

Me da risa y me da pena. Me da la impresión de que tanto de esto molesta mucho cuando las personas que uno mas quiere han sido heridas. Y suena cursi, pero es una herida que nunca se cierra, y mientras la persona egoísta es mas cercana, mas duele, por el desencanto, por la confianza que se pierde y no se vuelve a recuperar. A menos que uno sea idiota o masoquista, porque en las grandes ligas del egoísmo no se puede perdonar.

¿Y al final todos somos unos hipócritas? Porque con los egoístas no vale la pena entablar un diálogo, porque siempre van a ganar. Entonces, los sigues pasando, ellos se dan o no cuenta y es un círculo vicioso que nunca para.

Todo esto me hace recordar un libro que plantea un gran principio en la construcción de personajes: el ser humano siempre está tratando de agradar a otros para sentirse bien con uno mismo. El ser humano es el ser mas inseguro que hay sobre la tierra.

La vida está llena de apariencias.

El mundo está lleno de apariencias.

Y de egoístas. Y hay que vivir en él, sea donde sea.

lunes, 21 de febrero de 2011

El TIEMPO ¿Vuelvo para quedarme?

¿Lo dudo?

La antiogra ya no quiere mal tiempo, lluvias o demás que afecten su estado. Valencia quedó atrás. El Master de Guión fue un éxito. Me ha enseñado a ser mas analítica conmigo misma, con mi trabajo, con los contenidos que quiera crear. Tanto escribir y botar. Toda una experiencia de vida y guiones.

Quizá la experiencia de vida hizo que me aleje. Demasiado intensa, demasiadas miradas, demasiados reproches (suena a salsa dura). En fin. Lo triste fue dejar a los amigos del guión, los extraño. Ese entender sin hablar o hablar demasiado. Apertura ante todo. No hubiese sido lo mismo sin ellos. Y se fueron demasiado lejos. Sé que si me los encuentro mañana será como si los hubiese visto ayer y esa sensación que queda es maravillosa.

Ahora estamos en Madrid. Si. Con el chico del último post, el de la fiesta chévere, el que me compone canciones y opina de todo. Tanta canción, coca-cola, cigarros, chocolates y papitas, que hizo que me enamore de él. La consigna fue simple pero compleja: ¿quieres estar conmigo? Y si, es la primera vez que me lo creo. Es una realidad. Ahora tengo yo una familia y mi vida gira con ellos.

Leer todos los posts de este blog me hacen darme cuenta de que sigo siendo yo, y me encanta. Sólo que ahora estoy bien acompañada, y me encanta también. Mi hija es el mejor proyecto que ha aparecido en mis manos, naturalmente. Y darle todo nuestro TIEMPO posible, es obvio. Ser padre es como si la vida empezase de nuevo. "No te darás cuenta hasta que no tengas hijos", sabias y directas palabras de mi sensata má. Y es la verdad. Hasta que no llegan a tus manos, sigues siendo hijo con todos los pormenores del caso. Por eso los adultos que no tienen hijos, siguen siendo hijos. Que cachoso. Cuidar otra vida genera un ligero stress, pero gratificador.

Y si bien Madrid es una ciudad maravillosa. El centro. Los museos. La infinidad de propuestas culturales. Y yo que entro gratis a todos los museos (pero eso es un post aparte). Paro de contar. Madrid no tiene mar. ¡Mar! Es sierra, pero no es como la Peruana. Ese misticismo es difícil de encontrar. Al español le sobra la egolatría que a los peruanos nos falta. Ojo, que hay excepciones como en todos lados, yo me casé con una de ellas (mas ególatra...). Extraño el caos de Lima, es inevitable. Los taxis, las combis de todos los colores, la polución, la sobre-población, la lucha de clases. Mentira. Extraño a mi mamá, a mi abuela y a mis amigos. A esos que como los de Valencia, si los veo mañana, será como si los hubiese visto ayer. A los que se han dado el tiempo de conocerme de verdad y regalarme tiempo (espectacular palabra). Todo gira alrededor de él. Lo he humanizado. Es grato e ingrato.

Es tan simple como que el lugar lo hace la gente, y acá me falta. En lugar de caras conocidas veo signos de interrogación circulando por las calles y me siento como estos. Muchas preguntas sin respuestas. Crisis. Me repugna la palabra pero es la dura realidad. ¿Será que agarro a mi hija y marido, los meto en una maleta y me los llevo para allá?

No soy border. La antiogra es dulce. Ácida cuando hace bilis, cuando ve mediocridad. Es tal vez demasiado directa, terrenal, pero le gusta volar. Ahora empujo escribiendo. A los que reclaman los relatos, aquí estoy de nuevo. Nueva. Y la respuesta es si, vuelvo para quedarme. (He sonado a salsa dura, de nuevo...).