lunes, 3 de diciembre de 2007

Clásico vs Moderno

Para ilustrar este encabezado pongo a disposición del lector 2 cartas: una titulada ¿Qué me gusta del cine? (a pedido del profesor del master, dice, para conocernos); y la otra que fue la respuesta del profesor, tutor del guión de largometraje.

¿Qué me gusta del cine?

Si tuviera que dar una explicación melancólica diría que mi padre, el cual ya murió, gozaba de internarse en las salas de cine casi todos los días de la semana, o por lo menos 3 ó 4 veces por semana. Y que el cine me hace acordar a él. Ahora me doy cuenta que así escapaba de su realidad, la cual no era muy bonita en aquel entonces. Los días en que salía con él a dar un paseo siempre terminábamos en el cine viendo cualquier película.

Empecé estudiando publicidad, para crear anuncios, ser lo que denominan un “creativo”. Así, entré a practicar a una agencia de publicidad e inmediatamente me picó el bicho de la realización, la cámara me pareció un aparato mágico. Luego me ofrecieron trabajar en un largometraje que dirigía un profesor de mi facultad, uno de los renombrados cineastas peruanos, el cual estaba realizando una película de época. ¡Flipé! Salí de ahí y lo único que quería era filmar. Cortos, video clips, lo que sea. Terminé practicando de asistente de cámara en anuncios publicitarios, creo que ha sido mi momento de mayor aprendizaje, observando a otros. Yo cargaba película, maletas y trípodes. Y comencé a ver cine, lo que sea…

En mi primera clase de cine me pusieron a Tarkovski, me quedé dormida, ¡de verdad! Me juré nunca más volver a ver otra película de ese ruso… Mentira, luego comencé a apreciar, ya despierta… todo lo que había detrás de esa lentitud, silencios y largos travellings. De ahí me la pasé toda mi carrera universitaria haciendo cámara y escribiendo, lo que sea... La fotografía es lo que mas me mola del cine: la potencia de las imágenes, como se componen, como se yuxtaponen, lo que terminan contando…

Terminé trabajando de asistente de dirección en varios cortos y mayormente en publicidad, que es lo que me ha mantenido viva. Aprendí de realización, una buena escuela. Me aburrí, no era lo mío. Quería contar mis propias historias, lo cual es todo un sacrificio de tiempo y dinero.

El año pasado realicé mi primer cortometraje en la rama documental. Me pasé de vueltas con el resultado, ¡volví a flipar!, lo cual fue el empuje para escribir un largo de ficción. Es una necesidad. Quiero contar mis propias historias, las imágenes que vuelan en mi cabeza, fotografías en movimiento: el cine.

Ahora que estoy lejos de mi país, he abierto mi cabeza a nuevas sensaciones, a captar todo lo que los personajes de esta nueva vida puedan aportar en mí, así me inspiro y escribo.

Mi fetiche es Jim Jarmusch, un cineasta norteamericano independiente. Stranger than Paradise es mi referente. Una película simple, con una fotografía espectacular en blanco y negro, muchos planos fijos, dramática e irónica y con personajes cotidianos que viven en su rutina, su mundo y no salen de ella, seres humanos.

No tengo ninguna preferencia por un director en particular. Me gustan las películas que me remueven los intestinos, el corazón y el alma, que despiertan mis mas bajos instintos. Puedo citar Amarcord de Fellini, Underground de Kusturica, Los 400 Golpes de Truffaut, Naked de Mike Leigh, Paris Texas de Wenders. Quiero hacer sentir eso que me remueve al resto del mundo, es todo un reto.

Mariana Herrera Bellido
Perú

La carta del profesor (dirigida a todo el grupo):

Karina, José Miguel, Mariana, Juan David, Ana, Sergio, Josep, espero que estéis bien. Se trata simplemente de saber si esto os llega, que lo normal es que falle uno o tal vez dos.
Escribidme por favor cuando lo recibáis. Supongo que estáis trabajando duro ¿cómo podría ser de otro modo? Tengo verdadera curiosidad por leer lo que me enviaréis... esta semana.

Recordad:
Ante todo un buen personaje principal, un protagonista claro. Sobre él construiremos el guión.

Y para los tres actos:
Un buen arranque, prometedor.
Rutina de personaje atractivo.
Clímax-crisis-giro del acto I en el que el protagonista se marque un buen objetivo.
Un objetivo que cueste, difícil de conseguir, cargado de problemas, que guste al espectador de mi pueblo. Que se entienda. Simple, fácil. No por eso va a ser más difícil explorar después el alma del personaje.
Un desarrollo prometedor, en el que siempre vayamos a más a más a más...
Un buen clímax de mitad de segundo acto, en el que tal vez cambien muchas cosas.
Y un impactante final de segundo acto que sea un falso final. Higuest Tension. Lowest Point. Todo a la vez. Cuanto más arriba esté el interés en este final de segundo acto mejor será la película. ¿Debe morir alguien? Si hay mentor o amigo este es el punto en el que suele morir.
Cuanto más lejos hayamos llegado más difícil será retomar el inicio del tercer acto.
Ritmo rápido para esta parte. Que todo se mueva veloz. Recordad que es el acto más rápido. Y un clímax de final de tercer acto que sea lo máximo máximo, lo mejor. En las procesiones lo mejor está al final. En las películas, también. Para eso hemos pagado.

Tal vez estáis analizando películas que os han gustado.
Recordad: no me seais modernos. No me seais intelectuales. Tarkovsky aprendió la construcción clásica en La infancia de Iván antes de orientarse hacia lo suyo.
Imaginad una comisión antimoderna y antiintelectual y pro-clásica que os vigila.
Ese soy yo. Lo hago por razones humanitarias.
Un fuerte abrazo
Joan

No hay comentarios: