domingo, 16 de diciembre de 2007

Hoy llovió y pisé mierda.


Hoy cuando salí de la primera reunión para el rodaje de un afamado abecedario, ejercicio de guionistas principiantes, pisé mierda por primera vez. Y llovió.

El tiempo me está cagando. Suena fuerte y lo es.

Hoy es el segundo día que llueve para mí en Valencia. Me preguntaba si será también un buen augurio como el del primer día que llegué a esta ciudad.

Según el chico de las mierdas, que estaba ahí cuando la pisé. Lo cual hizo que sonría, y me ría... Cuando uno pisa mierda por primera vez en un lugar nuevo, es porque ya te has adaptado a él. Ojala fuese cierto. Aquí cabría decir: ojala ese Dios (que dicen existe), te escuche. Y rápido.

La mierda y la lluvia pueden significar cualquier cosa, que todo va a ir bien o todo se va a ir l-i-t-e-r-a-l-m-e-n-t-e a la mierda. Nada está escrito, bueno fuese, algunas veces. No lo sé. Me faltan fuerzas para teorizar en este momento.

Y me acabo de dar cuenta de que el cielo está blanco, blanco y es de noche. Extraño… presiento que algo va a pasar. Es como si el cielo se hubiese abierto.

Salí a la calle a ver si lo veía mas claro, pero regresé. El tiempo me llama al encierro.

Son momentos en los que sientes que la energía te invade y estás esperando que algo pase. Y sigue lloviendo. No sabes qué… pero en el fondo fondo sabes lo que quieres que pase y te refugias en que el clima, de mierda, interceda por ti. ¿Se volverá a abrir el cielo?

Sonreí y me pareció irónico que el chico de las mierdas se autodenomine de esta manera. Hace que termine riendo o llorando sin llorar, es una de esas personas que saca lo mejor de mí.

Como me dijo el otro día un buen amigo: “Me encanta que te expongas, lo leo, ¿es un ejercicio de guionistas?”.

No, es mío.

Mierda porque cuando sacan lo mejor de mí… me vuelvo transparente. Y los seres humanos no lo entienden. Es parte de su mierda. Fea. Absurda.

Estoy divagando, sola. Estoy divagando sola. Por eso no había actualizado mi blog. Está lloviendo y hoy pisé mierda. Pero pude ver el mar. Que poético, ja.


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